Es evidente que cuando una persona se desea proteger de las inclemencias del tiempo recurre a abrigarse, en primera instancia. Esto supone que en el caso de los edificios, para conseguir unas condiciones de confort en el interior adecuadas, se deba conseguir con la citada envolvente térmica unas características aislantes determinadas.
Una superficie exterior de un edificio eficiente en energía contiene tanto una barrera térmica como una barrera de aire. La clave para una barrera térmica eficaz es la instalación correcta de los productos de aislamiento de calidad. Un hogar debe tener una capa continua de aislamiento alrededor de toda la superficie exterior del edificio. Los estudios de investigación muestran que la instalación incorrecta puede disminuir el rendimiento por 20% o más.