Es evidente que cuando una persona se desea proteger de las inclemencias del tiempo recurre a abrigarse, en primera instancia. Esto supone que en el caso de los edificios, para conseguir unas condiciones de confort en el interior adecuadas, se deba conseguir con la citada envolvente térmica unas características aislantes determinadas.
Una superficie exterior de un edificio eficiente en energía contiene tanto una barrera térmica como una barrera de aire. La clave para una barrera térmica eficaz es la instalación correcta de los productos de aislamiento de calidad. Un hogar debe tener una capa continua de aislamiento alrededor de toda la superficie exterior del edificio. Los estudios de investigación muestran que la instalación incorrecta puede disminuir el rendimiento por 20% o más. 
El aislamiento térmico contribuye a la eficiencia energética, que consiste en disminuir el consumo energético sin disminuir el confort, por lo que algunas de sus ventajas son:
  • Reducir la factura energética del usuario/propietario: al incorporar aislamiento térmico en el edificio se reducen las pérdidas de calor o frío (invierno/verano) dentro de la vivienda; por tanto, la energía necesaria para calentar o enfriar las habitaciones será menor haciendo que ahorremos dinero en nuestra factura.
  • Mejorar el confort y el bienestar para el usuario: el confort se expresa en una sensación respecto al ambiente. Una vivienda aislada térmicamente contribuye al bienestar del usuario ayudando a mantener una temperatura de confort dentro de la vivienda, tanto en invierno como en verano.
  • Eliminar condensaciones y mejorar el aislamiento acústico; por un lado se eliminan las humedades interiores que suelen conllevar la aparición de moho y , además, se reduce el ruido procedente del exterior o de los propios vecinos.
  • Añadir valor a su edificio: las ventajas descritas pueden utilizarse como argumentos positivos en caso de alquiler o venta.
  • Por último, el coste de más aislamiento se amortiza entre 2-4 años por los ahorros energéticos, y el aislamiento no necesita mantenimiento durante toda la vida útil del edificio.